Laura Llaneli, Julián Pacomio
Lugar
Blueproject Foundation
Dos manos inquietas intentan encontrar los huecos entre otras manos. La piel arrugada contacta con la piel seca. El agua, que espera, que espesa y hace palpable la conexión sin contacto. La isla suena, resuena y se transforma en vocablo. Ninguna mano es una isla es una apología del tacto. Una performance sobre las potencialidades de lo háptico. Un concierto que acontece cuando las manos se estrechan y se presionan con fuerza. Una palpitación de la sangre en la yema de los dedos. Una conducción de lo sonoro a través de lo húmedo y mojado.